viernes, 26 de febrero de 2010

El Síndrome de Esteban



Por Arcadia Santander


Estas son las grandes batallas que debemos luchar y ganar, las pequeñas, pues las otras, amigo, las grandes de este mundo están en manos de otros y las perderemos, por esos debemos ganar éstas , las nuestras, las más importantes.
Santiago Gamboa 
El síndrome de Ulises


El síndrome de Ulises ha sido definido por SAPPIR    ( Servicio de atención psicopatológica y psicosocial a inmigrantes y refugiados) como el consistente  en  " una situación de estrés límite, con cuatro factores vinculantes: soledad, al no poder traer a su familia; sentimiento interno de fracaso, al no tener posibilidad de acceder al mercado laboral; sentimiento de miedo, por estar muchas veces vinculados a mafias; y sentimiento de lucha por sobrevivir..." (Wikipedia dixi).

Podemos deducir sin necesidad de una reflexión erudita, que no es uno de los objetivos de nuestra bipolar página, que la sensación de extrañamiento de aquellas situaciones en que el individuo se ve expuesto a las inevitables diferencias culturales, sociales y económicas,  que inciden en sus estabilidad emocional, derivadas de su  condición de extranjeridad y la poca o mucha capacidad de adaptación que demuestre tener ante lo que le es ajeno, tiene un esquema que ya puede ser diagnosticado y posiblemente, de ser tratado a tiempo o al desaparecer la situación que causa tal psicotología, la persona será capaz de integrarse nuevamente a la dinámica de lo cotidiano; es una mera especulación sociohistérica de  nuestra parte pero ¿Que pasa o pasaría en aquellos casos en  que uno, ciudadano corriente ( por todo lo que ahora le toca vivir  a contrareloj)   acostumbrado a las rutinas , horarios y vivencias del dia,  en un plano de pequeñoburguesa normalidad , de repente, encuentra que su junta de condominio de la anoche a la mañana se convierte en ua especie de comando de operaciones de NCIS porque el vecino del Piso 3, apto 22.-A es, posiblemente miembro de un circulo bolivariano, o sea un potencial informante que nos toma una fotografia cada vez que le damos los buenos dias en el ascensor ? ; O que de repente estás en babia viendo la escena final de la novela  que , religiosamente has seguido durante meses, y se ve interrumpida por una cadena "estebancial ", caballito blanco de por medio,y banderita tricolor batiendose en sentido contrario a la ley de gravedad  que te anuncia la novedad de  la inauguración una nuevo tanque de agua en San Fernando de la Iguana , además por  cuarta vez , en lo que va de década?, O que miras , cada cinco minutos  el reloj con los nervios de punta  , mientras escribes atropelladamente en el teclado , porque en cualquier momento se hace el negro en la pantalla de la computadora y , por supuesto se te olvidará, posiblemente guardar lo último que escribiste.  Sin contar que ya no recuerdas el último bautizo, matrimonio, sanchocho caimanero o funeral en que tu Tia Hermelinda te dio la bendición ,  porque aquel 31 de diciembre de 1999, alentado por los vapores etílicos le dijiste que Esteban era  más feo que un dolor de barriga y más malo que Guardajumo  y ella  te hizo la cruz por ofender la majestad  "estebancial " ; o que al panita aquel, si ese mesmo que iba a tu casa , y tu máma siempre le ofrecia la arepita, recién hecha ,además la más grande (¡ Fulanito(a) es tan cuchi , buena gente, decía tu cándida progenitora,  además su mamá no le cocina seguro ! ) cuando lo ves ahora rodeado de anillos de seguridad voltea los ojos y te niega tres veces si le pides una cartica de recomendación porque , ya sabes, la lista jacobina te marcó con tinta indeleble roja,rojita, comprendiendo hoy y ahora porque su mamá no le cocinaba.

Esta especie de lucha contra  los elementos ( no los naturales , sino contra Esteban y su corte de los milagros  amaestrada) debe hacer (hacernos ) sentir a todos ciudadanos de a pie,  de buseta, Metro, mototaxi,  peatones todos, una "sensación" de otredad, de "ningunes" existencial , de extrañamiento institucional, como si de pronto estuvieramos llegando a un territorio en el cual,oh sorpresa , nos dejaron botados sin mapas, sin GPS ni brújula y de paso con la advertencia de solo comunicarnos por el lenguaje de señas entre un montón de "otros" que , Oh fortuna , son ciegos...

Presumimos que esa nueva forma de ajenidad pero interior, dentro  de la patria mesma , es  a la que hace alusión el destacado narrador y periodista Alberto Barrera Tyszka , en un artículo publicado en ese pasquín  de la  oligocracia disociada  que es  el diario El Nacional;  acá se los dejamos, sujeto  a su consideración a los fines concernientes:

Extranjeros/ Alberto Barrera Tyszka

" De pronto tengo la sensación de que estoy en un país extranjero.

No reconozco ni entiendo lo que ocurre.

Siento un desconcierto que, lentamente, va dando paso a una extraña impotencia. Como si de repente hubiera caído en mitad de un país lejano, cuyas costumbres y formas de relación me resultan incomprensibles. Amaneciste en Indonesia, Barrera, ¿qué tal? Un ejemplo: las cadenas. Hay dos cosas que siempre me sorprenden y me dejan con todas las vocales volteadas. Lo primero es ese empeño del Presidente por hacernos creer que todo es repentino, que se trata de algo inesperado. Cualquiera que haya trabajado en radio o televisión sabe que, con suficiente antelación, un despacho público avisa a los medios privados que deben encadenarse a la señal del Estado. Esto hace todavía más patético lo segundo: el sketch que muestra al público de un acto oficial pidiéndole una cadena al Presidente, como la masa desaforada que le grita a Juan Gabriel en un concierto: ¡"Querida"! ¡"Querida"! ¡Canta "Querida"! La escena promueve una forma de placer perversa. Me complace someterte. Me hace feliz obligarte a verme, imponerte mi figura, mi voz. El mismo Presidente, hace pocos días, en un acto público, tras el numerito que acabo de narrar, exclamó lleno de alegría que, cuando eso pasaba, los escuálidos se molestaban y se morían de rabia. El auditorio volvió a aplaudir. Con gozo.

Como si condenar a una cadena a los sectores más pobres del país, que son los que no tienen cable, fuera una victoria política. Que el sufrimiento de los otros sea una forma de la felicidad, no parece una pasión demasiado saludable.

Otro ejemplo: el culto a la personalidad. Con el carisma de Hugo Chávez, el Gobierno ha construido una industria.

Probablemente es la empresa estatal más eficaz, más rentable. Se trata de una desproporción militarmente organizada.

Es un exceso trabucado en rutina. Tanto hablar de marxismo y resulta que Chávez se ha convertido en una mercancía, en la mercancía más importante del socialismo del siglo XXI.

Cuando veo y escucho cómo se comportan algunos compatriotas, suelo quedar demasiado perplejo. Me cruje la identidad. No nos reconozco.

Hay una suerte de postración devota, de constante gimnasia testicular, que me resulta perturbadora. Cada dos o tres frases de pronto, como si fuera normal, aparece una mención, una alabanza. Que si "como usted dice, comandante", blablá-blablablá. Que si esto y lo otro, "gracias a que usted lo ordenó, comandante" y etcétera, etcétera. Que si "no hubiera sido por usted, comandante, que tuvo la idea" y patatín y patatán. Es un protocolo nuevo, que no conocíamos, que no practicábamos. La veneración social. Siempre, además, con el rango militar por delante.

Poco a poco, el vocabulario civil se va borrando del idioma público. Amaneciste en un cuartel, ¿cómo la ves? Antes de que se me acaben las páginas, un ejemplo más: la incoherencia oficial como el orden natural del país. Lo que pasó este jueves puede resultar emblemático. En pleno plan de racionamiento eléctrico, al mismo tiempo que aparece como protagonista de una propaganda en la televisión, el Presidente convoca a un juego de beisbol, a las 7:00 de la noche, donde él departirá deportivamente con más de treinta peloteros venezolanos de las grandes ligas. Menos mal que aquellos sectores del país que, a esa hora, no tuvieron luz, tampoco pudieron ver el espectáculo del gran estadio iluminado en Fuerte Tiuna.

El derroche de vatios es un detalle sin importancia. Porque nada de lo que haga Chávez es contradictorio. Su lógica personal ha desplazado la lógica colectiva. El Presidente puede pedirte que te bañes en tres minutos, puede exigirte que recortes el uso de energía en tu casa, pero también puede organizar una caimanera privada de beisbol, para despedir a los beisbolistas nacionales que... ¡se van a jugar al imperio! ¡Al corazón mesmo del capitalismo que todo lo pervierte y que pasa los días planificando cómo invadirnos!

Las relaciones entre la retórica oficial y aquello que llamamos realidad, por momentos, nos pueden sacar de la geografía. O peor: pueden dejarnos dentro pero con la rara sensación de ser extranjeros en nuestro propio patio. Hay que vivir traduciendo todo: eso que llaman "revolución" es como un golpe de Estado en cómodas cuotas. Cuando mencionan "socialismo del siglo XXI", no trates de comprenderlo: es una expresión muy particular, que no tiene una traducción exacta. Cada día varía su significado. Si escuchas decir que "ser rico es malo", piensa que están diciendo todo lo contrario. De eso se trata. Amaneciste sentado en el absurdo, ¿cómo te sientes? "

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