Por Arcadia Santander
La palabra Obscenidad tiene variadas acepciones, el Diccionario de la RAE en su vigesíma segunda edición, (2001), define lo siguiente: Del lat. obscenitas, -atis) F. cualidad de obsceno // Cosa obscena. Decir obscenidades; si nos vamos al mismo texto nos habla del adjetivo Obsceno, na, como impúdico, torpe, ofensivo al pudor, etc. ; en pocas palabras, podríamos estar hablando de que se considera vulgar ese tipo de manifestaciones y expresiones del lenguaje, que conlleven las características de impudicia y/o torpeza ofensiva antes desgranadas.
La palabra Obscenidad tiene variadas acepciones, el Diccionario de la RAE en su vigesíma segunda edición, (2001), define lo siguiente: Del lat. obscenitas, -atis) F. cualidad de obsceno // Cosa obscena. Decir obscenidades; si nos vamos al mismo texto nos habla del adjetivo Obsceno, na, como impúdico, torpe, ofensivo al pudor, etc. ; en pocas palabras, podríamos estar hablando de que se considera vulgar ese tipo de manifestaciones y expresiones del lenguaje, que conlleven las características de impudicia y/o torpeza ofensiva antes desgranadas.
Esta pequeña digresión viene a propósito de un airado comentario, en relación con la crónica titulada "Los Jonas Brother de la Revolución...", publicado en nuestro blogcito, (cuyo norte es y será, en su quizás efímera existencia, tener un espacio para el sano y lúdico ejercicio de pensar con el animus jodiendi que identifica a nuestro gentilicio) en el cual, ante todo, se busca precisar algunas claves de ese imaginario que parece convocar las manifestaciones culturosas del proceso revolucionario, las presuntas marcas culturales que en el terreno de la música, en este caso, dizque diferencian a éstas (las revolucionarias), de aquellas que siguen los "niñatos de papis and mamis", muchachos y chicas que prefieren otras opciones políticas (y ante todo musicales).
A propósito de moral pública y pecados privados, viene a cuento una reseña publicada en la muy ilustre revista mexicana Letras Libres del libro del conocido filosofo español (vasco, para los más puristas y celosos de las idiosincracias regionales) Javier Gomá, publicado por la editorial española Taurus.
En un largo pero ameno ensayo titulado "Ejemplaridad pública" se hace un análisis denso pero no menos versátil de eso que llamamos la vida pública, de la forma en que los discursos en lo público puede alimentarse de palabras bellas, expresadas bellamente pero que va más allá de la forma estilística, y la necesaria coherencia entre lo que se dice , se escribe y se hace.
Recomiendo este texto a todos, tirios y troyanos, para su crecimiento intelectual. Sólo les ofreceré un fragmento del mismo, queda al ejercico de cada globovisionario, compatriota, ciudadano de a pie, camarita, panita, resumo, lectores todos, a consultar la pagina web respectiva y leer el texto íntegro: www.letraslibres.com/pdf.php?id=12664 y saquen ustedes sus propias conclusiones:
"En palabras de Javier Gomá Lanzón (Bilbao, 1965) su nuevo libro Ejemplaridad pública se propone, entre otras cosas, una 'reforma de la vulgaridad'. Suena pretencioso e ingenuo. Pero él mismo reconoce que quien sostenga que semejante propósito peca de ingenuidad no irá descaminado, y es que Gomá asegura hacer de la ingenuidad su método filosófico. Excepto Sócrates, pocos filósofos posteriores se atrevieron a tal, y los actuales todavía menos; filosofías de 'la sospecha', posmodernistas o deconstructivistas siempre se pensaron ajenas a semejante osadez: '¡Adios a la ingenuidad!' podría ser su lema. Mas el lector atento intuirá al poco de comenzar su lectura de este libro que semejante 'ingenuidad' entraña un quehacer muy serio. Gomá vierte una mirada amplia y desprejuiciada sobre el mundo y la realidad desde varios frentes, nada ingenuos, que domina con rigor, y en los que se siente a sus anchas: la historia occidental del pensamiento politico-filosófico, la historia de la literatura, el gusto estético universal y el sentido común del que hace gala un hombre cabal.
(...) Gomá comienza su ensayo estableciendo unos principios básicos: 'igualdad' y 'libertad' constituyen los pilares básicos de nuestras sociedades democráticas de Occidente. No hay vuelta atrás, es impensable que en nuestro mundo actual triunfen políticas de orden retrógrado o fascista. El hombre y la mujer occidentales nacen y crecen demócratas e igualitarios. La aristocracia y demás élites poderosas pasaron a la Historia o se han transformado de forma radical. El nihilismo 'una conquista de Occidente' que proclamó la 'muerte de Dios' y que aún pugna por extinguir la idea de trascendencia, nos dejó una 'sobrina' -dice Gomá con gracia- que es la 'Finitud'. De modo que os encontramos en un mundo en que la igualdad y finitud triunfan por doquier (hablando siempre de sociedades abiertas, claro está). Semejante binomio posibilitó la prevalencia de las masas, las cuales siempre quieren tener siempre la razón e imponer sus gustos; pero, cuidado, masa es igual a vulgaridad; aunque 'vulgaridad' para Gomá posee un sentido positivo antes que peyorativo: es el signo evidente de que el vulgo, que lo domina todo, es libre, igualitario y nivelador, en suma, vulgar. El hombre y la mujer occidentales nacen y crecen demócratas e igualitarios. La aristocracia y demás élites poderosas pasaron a la Historia o se han transformado de forma radical.
Constatada esta realidad, el autor se pregunta si la innegable y reinante vulgaridad ha de asociarse siempre al mal gusto o a la falta de guias sólidos y ejemplares, a la ausencia de un 'destino' y de un aprecio por la tradición. Será lo propio de la masa la constante novedad, el perpetuo infantilismo autocomplaciente, la subjetiva inmersión en un estadio estético sin compromiso sin una ética cívica y una trascendencia existencial. ¿Debe ser la vulgaridad el reino del yo arbitrario que establece como 'bueno' o 'bello' cualquier acción. Cualquier 'manifestación artística' sólo porque sea el producto de una sacrosanta y 'creativa' voluntad individual?
¿Vale lo mismo una tragedia de Shakespeare que un episodio de los Simpson? ¿Es equiparable un quinteto de Brahms a una ramplona canción de grupo pop de moda? Pues no. Y en otro plano, ¿será lo mismo que nos gobierne una clase política corrupta a unos gobernantes ejemplares..."
Estas y otras reflexiones, controvertibles todas, sencillas pero puntuales en los temas que desarrolla, forman parte de este ensayo, con el cual no buscamos excusar ni corregir nada, sólo puntualizar la necesidad del ejercicio consciente de la libertad y de la opinión (pública y privada) sin maniqueismos ni discursos de concesión o hechos a la medida.
7 comentarios:
esto es oviamente una desmostracios de los ideales retractarios que ustedesquieren para el pais no entendi el chiste lo unico que queda claro es que ustedes son unos escualidos rertactarios y que quieren que los capitalistas vengan a imponerles su manera de pensar por eso yo prefiero un gobierno soberano del pueblo a que vengan los pitiyankes mediaticos a decirnos que hacer les van a cerrar ese blñog ya van a ver....... y yo me voy a reir mucho escualidos
yo prefiero que venga alguien con un DICCIONARIO!
o una Gramática para Dummies, eso de reírte porque van a censurar el internet me parece lo más sin sentido que pude escuchar el día de hoy (considerando que escuché una cadena nacional hahah) lo que falta es que un día de estos mientras estemos en la ducha lleguen a censurarnos,
Atte la roca que divaga....
Bueno, me había matenido al margen, pero creo que es hora de intervenir.
Entiendo que la srta. Parra tenga sus opiniones contrastantes con las de quienes escribimos en este blog, pero me parece desmesurado que nos amenace con censuras. Creo que cada quien tiene derecho a tener su postura respetando la de los demás y siempre, claro, utilizando el campo de las ideas para el sano debate, sin descalificaciones procaces o desproporcionadas.
Me parece que lo justo es que podamos expresarnos en la medida de nuestras necesidades, como en toda buena democracia, y comprendamos que las posiciones que se esgrimen en el campo de la ficción no necesariamente representan las de sus autores.
Creo que es hora de que vayamos entendiendo eso y nos vayamos respetando.
Entiendo que la línea de este blog no sea de su agrado, y la verdad no sé cómo le llegó la dirección. Pero, en todo caso, entienda que sus comentarios serán siempre bienvenidos, viniendo del bando que vengan, siempre y cuando respeten la integridad moral (y esperemos que no tengamos que decir física) de su autor. Entienda también que este blog es un divertimento, y que detrás de cada texto hay un ciudadano con una postura política muy seria y respetable, y que no busca sino ser un medio de expresión más, de los que nos van quedando, para quienes queremos y necesitamos desahogarnos de lo que se nos venga en gana.
Quedamos de ud.
Mucha amenaza, mucho desplante, mucho de lo mismo , querido (a) lector(a) inconforme, sus discurso solo reproduce un discurso que otros a su vez tambien repiten sin ton ni son; la amenaza siempre es ausencia de argumentos sólidos, concetos y sobre todo, fundamentados; el diccionario también por lo visto para Ud. es un modo "retractario (¿?) de acceder al conocimiento; ¿o no será más que intentos como tantos, poco originales por demás, de parecer alguien del "pueblo" lo que le hace escribir semejantes palabrejas?. Afine su argumentación, opine con cabeza fría y sobre todo, sonria, la vida es corta y maravillosa, es bueno transitarla con pies ligeros y la mente abierta
hablando de palabrejas es "Concretos", ¿ve como es necesario tener siempre al lado de la compu, un diccionario?
Saludos
Mucho diccionario mucho diccionario por lo meno yo si firmo con mi nombre canayas asustados venceremos.....
¿Asustados vencerán? curiosa victoria...
los asustados son los "canallas" que se alegran con acallar voces distintas , porque le tienen miedo a todo aquello que les quite su fantasia y afrontar la vida como adultos, sim esperar que otros decidan por ellos (as), en fin, el libre albedrio no es algo que todos podamos asumir responsablemente, es más fácil que otros le digan lo que tiene que hacer, además el diccionario es el arma de los intelectuales, un arma que ayuda a mejorar nuestra cultura y en consecuencia, nuestro vocabulario
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